¿Por qué no puedo ganar lo mismo que un hombre?
—Ah, claro, tiene todo el sentido del mundo: hago el mismo trabajo, con la misma preparación y el mismo esfuerzo, pero cobro menos… porque sí. Seguro que mi cuenta bancaria entiende la diferencia y mis facturas vienen con descuento especial por ser mujer, ¿no?
—¡Exacto! Porque, obviamente, la capacidad y el talento deben medirse en función del género, no del trabajo realizado. Suena ridículo, ¿verdad? Pues lo es. No hay ninguna razón lógica para que una mujer cobre menos que un hombre por el mismo trabajo. Igual salario por igual esfuerzo no debería ser una discusión, sino la norma. Pero bueno, sigamos fingiendo que es un concepto complicado…
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